El matrimonio formado por Molley y James pasa por un momento turbulento a la par que fascinante. Mollie ha perdido su trabajo y tiene que pasar más tiempo en casa, pero sus hijos, Mickey y Julie, se están haciendo mayores y ya pueden hablar. Esto es motivo de ilusión y alborozo para los padres, aunque a veces desearían que siguieran callados. James es acosado en su trabajo por una ejecutiva despampanante y cuando llega a casa ha de enfrentarse a la locura. Además de los niños hay dos nuevos miembros, Rocks y Daphne, dos perritos consentidos que asegurarán el entretenimiento y la diversión de grandes y pequeños.