Tim y Allie buscan refugio en un remoto desierto tras perderse y vagar sin rumbo. Un extraño personaje semejante a un masón, el Predicador, los admite reluctantemente a su hogar, con órdenes estrictas de que partan por la mañana y que no merodeen por donde no habéis sido invitados. En un comienzo, el Predicador y su mujer, Oksana, niegan los desvaídos gritos y sollozos que emergen de uno de los alpendres. Pero cuando Allie se escabulla para investigar, descubrirá que se han metido en medio de un bizarro culto que venera a una entidad que podría, o no, estar en el interior del cuerpo de un niño.