El jefe de policía de Paradise, Jesse Stone, se toma unas vacaciones bien merecidas y elige pasarlas en Boston, donde la subcomandante de la unidad de homicidios estatal, la teniente Sydney Greenstreet, consciente de su experiencia previa como detective de homicidios en Los Ángeles, recurre a su pericia para evaluar asesinatos sin resolver. Su intuición policial lo hace elegir un caso cerrado que le llama la atención y que lo conduce a una investigación llena de sorpresas, sospechosos inesperados y gran peligro.