A Gloria le gusta salir... y beber. Un día, decide parar y regresa a su pueblo, donde recupera la amistad con Oscar, que regenta un bar. El cambio se queda en mera intención: Gloria pasa las noches en el local de Oscar y se pone ciega hasta que echan la persiana. Pero esto es una película de Vigalondo. Por eso, no nos debería extrañar que un día Gloria despierte con la noticia de que un monstruo aterroriza Seúl.