Moscú, a principios de los 80, en plena Guerra Fría. Defraudado por el régimen comunista, el coronel del KGB Serguei Grigoriev se propone derrocarlo. Con este fin se pone en contacto con Pierre Froment, un joven ingeniero francés destacado en Moscú. Las informaciones altamente confidenciales que éste le suministra no tardan en despertar el interés de los servicios secretos occidentales. La información le llega al propio Mitterrand, quien decide alertar al presidente Reagan sobre la existencia de una gigantesca red de espionaje gracias a la cual los soviéticos conocen hasta el más mínimo detalle de las investigaciones científicas, industriales y militares de los países occidentales. Los dos presidentes deciden entonces aprovechar la delicada información que reciben de esa misteriosa fuente moscovita que los franceses han dado en llamar Farewell. Pierre Froment se verá entonces implicado en uno de los asuntos de espionaje más espectaculares del siglo XX, un asunto que sobrepasa su capacidad y que pone en juego su vida y la de toda su familia.