Marcos Wainsberg es un boxeador de mediana edad, retirado después de matar a un contrincante en el ring de un sólo puñetazo. Un día, mientras espera la llegada de su ex novia para intentar recomponer la relación cae en su casa su primo Huguito, el clásico chanta porteño, con la camisa manchada de sangre. Al mismo tiempo, Franco Robles, un poderoso magnate corpororativo, se encuentra hospitalizado esperando un transplante de hígado. Pero alguien se lo robó, y la vida de Robles pende de un hilo. Mientras un grupo de parapolicías trata de encontrar el hígado perdido, Marcos desconfía de las intenciones de su primo. La ciudad está en caos, y hay rumores de que el mismísmo Satán está regalando narcodólares a los pobres. Sumémosle a esto la avaricia de la hija de Robles y un delirante personaje llamado Café con Leche y el resultado es un cocktail molotov de humor negro, mala leche, sangre, huesos rotos, algo más de mala leche y un poquito más de sangre.