En el que debería ser el mejor día de su vida, Wendy celebra con sus amigos la noche de su graduación del instituto en un parque de atracciones. Están a punto de subir a una montaña rusa cuando de repente Wendy se asusta. Su novio - Jason - la tranquiliza diciéndole que sólo se pone nerviosa porque sabe que no podrá controlar lo que va a ocurrir. Wendy se domina pero en cuanto baja el arnés de seguridad, atrapándola en el asiento, tiene una premonición: va a haber un terrible accidente en el que la montaña rusa se convertirá en una trampa mortal para ella y sus amigos.