El doctor Malcolm Sayer (Robin Williams), un neurólogo neoyorkino decide, a mediados de los años sesenta, aplicar un innovador tratamiento a sus pacientes de encefalitis, enfermedad que priva de las facultades motoras a las personas que la padecen hasta reducirlas a un estado vegetativo. Poco a poco empezará a manifestarse cierta mejoría en los pacientes, especialmente en Leonard Lowe (Robert de Niro).