Condenado a la inmensa e ilimitada prisión del desierto de Mojave, Phoenix lleva una vida de aislamiento forzado, viviendo solo en una casa lo más lejos posible del resto del mundo. Phoenix hace una cosa y una sola cosa: cava agujeros. Cada mes él cava un agujero en el medio de la nada y entierra algo. El último bastión de la sociedad está con el hombre que frecuentemente entrega su correo. Cuando un día la entrega no ocurre por la mano de su fiel cartero, sino por la del hermoso y burlón Ariel, la vida de Phoenix se descarrila en una escalada que lo lleva a consecuencias peligrosas que serán imposibles de escapar.